RITUALES DE ADORMECIMIENTO EN EL NIÑO


Los rituales de adormecimiento en el niño se crean entre los 2 y los 3 años y medio.


   Se presentan cuando necesita estar con alguien o hacer algo antes de dormirse. Llegan a ser un auténtico ceremonial, un rito para conjurar la angustia, fórmulas mágicas para tranquilizarse.


   Exige que la madre esté presente en determinado lugar y se queda junto a él un rato después de haber apagado la luz; también que le acune antes de dormirse.


   Con la preparación del sueño suele darse una succión del pulgar y puede llegar a ser indispensable para que pueda dormirse en vez de lo anterior o después hacen ruido con la boca, con movimientos repetidos de los labios.


   Aparecen los “objetos de transición”. Necesita tener una tela en la mano o restregársela contra la cara, tela que ha de ser de cierta clase, con cierto color y que se empeñe en no querer cambiar.


   Otros se acarician la mejilla o la oreja con un mechón de cabello; con el tiempo querrá tener siempre a mano un muñeco preferido (el clásico osito de peluche); lo acostará a su lado, lo apretará como algo vivo que le reconfortará y se pondrá violento cuando se lo quiten o lo pongan lejos.


 

Fuente: Joaquín Tesón.

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