El Moquillo Canino o Distemper Canino

El moquillo canino, también es conocido como la  enfermedad de Carré o Distemper.



Es una afección existente en Europa desde el siglo XVII;  cuya principal carácterística es el alto índice de mortalidad producida.

Fue descrita en 1809 por Edward Jenner pero fue Henri Carré quien descubrió su agente causal en 1905.

¿Qué es el moquillo canino?


El moquillo es una infección de origen viral altamente contagiosa para los perros. Se produce por culpa de un Paramixovirus del género Morbilivirus y suele afectar al aparato gastrointestinal y al aparato respiratorio del animal, El virus del moquillo tiene un período de incubación de cuatro a diez días.

El virus afincado en nuestro entorno se elimina mediante una limpieza intensa con desinfectante, detergente o secado. Aunque no sobrevive en el ambiente más de unas pocas horas a temperatura media (20-25 °C), sí puede hacerlo durante varias semanas a temperaturas ligeramente superiores a la de congelación.

¿A quién afecta?


Gracias a la vacuna, en los últimos treinta años los casos de distemper han disminuido considerablemente. En la actualidad, esta enfermedad afecta:

  • A los animales no vacunados, jóvenes o adultos (aunque es más común en los cachorros).

  • A perros vacunados con anterioridad pero que no han recibido ninguna inyección de repetición.

  • A perros viejos que desarrollan encefalitis crónica del perro viejo.


También se conocen algunos casos de moquillo en animales vacunados correctamente pero que han perdido la inmunidad.

Aunque el perro es la principal víctima del virus, también pueden verse afectados otros mamíferos como el hurón, el zorro o el lobo.

¿Cómo se transmite el moquillo?


El virus se transmite por vía aérea, de manera que es muy fácil que se extienda y se propague de un lugar a otroa través de nuestra ropa, zapatos, neumáticos del coche... Es casi imposible evitar que un perro se exponga al virus.

El virus del moquillo se llega a transmitir por:

  • Contacto directo con fluidos corporales de un perro infectado.

  • Contacto directo con comida y agua contaminadas por estos fluidos.

  • Contacto directo con los lugares contaminados (cualquier parque o zona habitual para perros puede ser caldo de cultivo de esta enfermedad).

  • Una corriente de aire.


Una vez inhalado, el virus pasa a las amígdalas palatinas y a los ganglios bronquiales, siguiendo su recorrido hasta el corriente sanguíneo. En 48 horas el virus ya se ha extendido por todo el organismo.

¿Cuáles son los síntomas?


El virus del moquillo tiene un período de incubación de cuatro a diez días. Lo primero que podemos apreciar en un perro infectado es que:

  • Tiene fiebre (40°C).

  • Le lagrimean los ojos.

  • Le salen mucosidades de la nariz.

  • Le ha disminuido de apetito.


Esta fase dura dos o tres días hasta que aparecen los síntomas más graves de la enfermedad:

  • Síntomas digestivos: diarrea, vómito, estomatitis y amigdalitis.

  • Síntomas respiratorios: tos, disnea y moquillo mucosopurulento en caso de sobreinfección bacteriana.

  • Síntomas oculares: conjuntivitis purulenta.

  • Síntomas cutáneos: pústulas.

  • Síntomas nerviosos: convulsiones, parálisis, contracciones musculares, polineuritis y meningoencefalitis.


El perro enfermo de moquillo no padece todos estos síntomas a la vez, ello dependerá de la acción directa del virus sobre los órganos o tejidos afectados y de las bacterias que proliferen de los mismos.

La enfermedad puede durar sólo diez días, pudiendo extenderse a varias semanas y hasta meses, con períodos de mejora seguidos de una recaída.

Tratamiento


No existe ningún tratamiento específico para curar esta enfermedad, la previa vacunación es el único medio que protege al perro, y aun así no es el 100% efectiva.

Aunque los antibióticos no destruyen el virus, se suelen recetar con objeto de prevenir o tratar las complicaciones bacterianas secundarias (problemas respiratorios, conjuntivitis, diarrea, vómitos, etc.). También se limpia de secreciones nasales y oculares al perro y si éste presenta signos neurológicos, es necesario administrarle sedantes y anticonvulsionantes.

Como en la mayoría de la enfermedades virales, el tratamiento sirve de apoyo para consolidar y fortalecer el sistema inmunológico y para prevenir una infección secundaria.

Aunque la gran mayoría de perros afectados suelen superar la enfermedad con un tratamiento oportuno y adecuado, es importante detectar el virus lo antes posible. El pronóstico no siempre es malo, siendo bastante complicado al aparecer la mayoría de los síntomas y signos descriptos.

Los animales afectados, de ser posible, deben permanecer en cuarentena, aislados de otros individuos de su especie.

¿Cómo prevenir el moquillo?



La vacuna contra el distemper es muy eficaz y no presenta ningún peligro. Se debe administrar al cachorro a los 2 meses de edad, aplicando una segunda dosis al cabo de un año. Las demás repeticiones se deben suministrar cada dos o tres años durante toda la vida del animal, o siguiendo el plan de vacunaciones establecido por la legislación vigente.

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