Mecanismos de prevención en la aparición de úlceras por presión.

El reposo supone un exceso de inactividad e inmovilidad, ya sea de forma local o general, que puede tener consecuencias no beneficiosas en el organismo, llegando incluso a producir el llamado «Síndrome de Inmovilización»

Se produce este síndrome cuando la persona tiene una gran limitación en su capacidad de movimiento o desplazamiento, que le obliga a estar de forma temporal o permanente bien en la cama o en silla de ruedas.

La úlcera por presión es un área de necrosis localizada, que aparece como consecuencia de una isquemia por éstasis vascular. Ésta se produce por una presión excesiva (en intensidad y tiempo) sobre los tejidos blandos (piel y tejidos subyacentes), atrapados entre dos superficies duras, como son el hueso y la superficie del soporte sobre la que asienta cama, silla…)


Las UPP constituyen un problema médico importante y son una de las más dramáticas consecuencias de la inmovilización. Su tratamiento, una vez desarrolladas, es difícil y muy costoso, por lo que es preciso luchar contra ellas desde la prevención. Su ausencia es, sin duda, uno de los indicadores de calidad asistencial y del cuidado del enfermo total o parcialmente inmovilizado, tanto si éste está en su domicilio como en las

instituciones hospitalarias.

Los grados en los que se puede presentar una UPP son los siguientes:

- Grado 1: Piel intacta. Decoloración.

- Grado 2: Lesión parcial de epidermis.

- Grado 3: Lesión en piel y tej. subcutáneo.

- Grado 4: Necrosis (muerte) tisular



La mayor parte de las UPP son evitables, por eso el mejor tratamiento que de ellas se
puede hacer es luchar antes de que aparezcan. La prevención se fundamenta sobre unos principios básicos, que van desde la vigilancia y cuidados de la piel hasta la aplicación de ayudas técnicas.

Las medidas preventivas son más efectivas cuanto antes se apliquen y se han de mantener mientras exista la situación de riesgo. Son las siguientes:

  1. Vigilancia y cuidado de la piel:

Deberá inspeccionarse frecuentemente, lavarse con agua y jabón neutro y secarse bien pero sin frotar. Es conveniente la aplicación posterior de lociones para conservarla suave, flexible e hidratada. Las sábanas se deben mantener firmemente estiradasy sin arrugas, porque en ocasiones son causa de irritación. Debe evitarse también la humedad mantenida.

  1. Estimulación de la circulación:

La buena circulación tisular alivia y evita su isquemia. Ésta se puede mejorar

por medio de ejercicios activos o pasivos, así como el masaje cutáneo.

  1. Alivio local de la presión y de la humedad:

La prevención de las UPP debe realizarse de forma primordial por la reducción de la presión sobre las áreas subceptibles de lesión. Esto se consigue con la movilización precoz y los cambios posturales, así como con el uso de ayudas técnicas como son los colchones, cojines y protectores antiescara.

Cuando no es posible la movilidad voluntaria, el cambio postural cada 2-3 horas sigue siendo una exigencia en el paciente encamado. El desplazamiento del peso de un lado a otro permite la reanudación del flujo sanguíneo y ayuda a los tejidos a recuperarse. Durante el tiempo nocturno, si no se observan signos de isquemia cutánea, se puede aumentar el tiempo de permanencia en la misma posición hasta un máximo de cuatro horas.



Cristina Serrano

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