Leishmaniasis (Parte I)

Leishmaniasis

También conocida como leishmaniosis; es una enfermedad infecciosa incluida dentro del grupo de enfermedades zoonóticas, provocadas por parásitos protozoarios pertenecientes al género Leishmanía (de ahí el nombre de la enfermedad) que afectan a la piel, a las mucosas, o a tejidos y órganos que intervienen en los procesos de formación de células sanguíneas (hematopoyéticos); la leishmaniasis puede afectar, indistintamente, tanto a humanos como a animales, sin embargo debemos destacar que existen algunas especies de animales silvestres (mayoritariamente) que son hospedadores asintomáticos de esta enfermedad, tales como  las zarigüellas, liebres y coatíes, entre otros.

Un dato curioso sobre la leishmaniasis lo representa el hecho de que se han hallado, en Babilonia, en el año 650 a.C. antecedentes y documentos que describen detalladamente los síntomas propios de afecciones cutáneas en humanos, por lo que establecer un origen de la enfermedad es difícil.

La forma de contagio se realiza a través de la picadura de insectos, siendo los mas frecuentes: la hembra del Flebotomos (en Europa, Asia y África), y del Lutzomya (en América); ambos insectos hematófagos (chupadores de sangre); de los cuales se han identificado alrededor de 450 especies en el mundo entero.

Debido a la amplia extensión de esta enfermedad alrededor del mundo, la  Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que aproximadamente unos tres millones de personas padecen la enfermedad, 12 millones están infectadas sin presentar signos, y otras 350 millones habitan en zonas de alto riesgo de contraerla.

La gravedad de esta enfermedad exige una especial atención de parte de todos los entes intervinientes en los planes preventivos (médicos, veterinarios, organismos gubernamentales, etc.); ya que una vez que los vectores introducen estos microorganismos en la piel de un individuo sano (humano o animal), inmediatamente son captados por los macrófagos (células del sistema inmunitario), quienes en lugar de destruirlos se convierten en el medio de reproducción perfecto para los parásitos, quienes una vez que se han multiplicado en el interior de estas células (hasta que  destruirlas por completo), salen a colonizar a nuevos macrófagos.

Pocos son los casos de infección entre personas, aunque no imposible, ya que el contagio puede darse a partir de parásitos que el vector ha tomado de otro humano contaminado, en este caso estamos ante lo que se ha dado en llamar ciclo antroponótico; no obstante, este tipo de contagio es poco frecuente, al igual que los casos reportados por transfusiones sanguíneas, contacto sexual y/o transplante de órganos.

Síntomatología y tipos de leishmaniosis


Los síntomas de la Leishmaniasis varían de acuerdo al tipo de afección producida, pudiendo presentar cuadros clínicos benignos hasta otros que revisten riesgo para la vida del que los padece. Los factores que influyen en la gravedad de la misma van a depender de:

-          La cepa vector de la Leishmania,

-          El medio ambiente,

-          y la capacidad inmunológica del individuo afectado.

En la actualidad se conocen cinco formas clínicas de manifestación:

Leishmaniasis cutánea clásica


Es la más común y se manifiesta principalmente en zonas de montaña donde predominan la humedad  y una vegetación abundante.

Los síntomas se manifiestan, mayormente, en las partes expuestas del cuerpo, en especial la cara y las extremidades.

En la zona de la picadura aparece una pápula que tiende a crecer y que, en un período de 2 a 4 semanas, tendrá el aspecto de un nódulo pequeño e indoloro y en cuyo centro aparecerá una costra, la cual tiene tendencia a desprenderse, dando lugar a la aparición de una úlcera, cuyos bordes bien definidos, elevados y cortados en forma de sacabocado, se asemejan al cráter de un volcán por su forma redondeada, además de ser indolora y cuyo  fondo podrá apreciarse limpio y de color rosado.

Esta úlcera puede ser única o múltiple, pero también podrían aparecer alrededor de la lesión principal otras lesiones menores, también conocidas como lesiones satélites. Cuando esta primera lesión se infecta como consecuencia de la intervención de agentes piógenos (que hacen supurar) se tornará purulenta y muy dolorosa.

Una vez que la úlcera se ha curado, siempre quedará una cicatriz que evidenciará  la afección sufrida, llegando. Incluso, a causar serios trastornos psicológicos en las personas que la han padecido.
afeccion Leishmaniasis mucocutánea o espundia

Este tipo de leishmaniasis, puede tardar meses o años en aparecer, pero siempre en sujetos que previamente hayan sufrido la forma cutánea clásica. En estos casos los parásitos, presentes en la afección inicial, se propagan por vía sanguínea y linfática a partir de la lesión cutánea inicial cicatrizada, invadiendo las mucosas de la región nasal y oro faríngea.

Por suerte estos casos no suelen ser muy frecuentes, y por lo general se da en aquellos individuos que padecen un desequilibrio inmunológico o fisiológico o, también, como consecuencia de un trauma directo en nariz o boca. A pesar de lo poco frecuente de este tipo de lesiones, como contrapartida negativa tenemos que esta lesión se extiende con tal rapidez que puede llegar a perforar y destruir el tabique nasal, los labios, el paladar, la nasofaringe y la laringe, provocando con ello gran dificultad para tragar y hablar, e incluso hasta la muerte, debido a las complicaciones bacterianas o micóticas secundarias. Y las lesiones provocadas pueden llegar a revestir tal gravedad que curarlas requerirá años, e incluso una vez controlada, el afectado  podrá requerir cirugía reconstructiva..

Leishmaniasis cutánea difusa


Esta es una de las formas raras de la enfermedad, cuya principal característica consiste en la ausencia de respuesta inmune por parte del huésped frente al parásito, lo que ocasiona una reproducción incontrolada de la enfermedad, manifestándose con la presencis de gran cantidad de pápulas, nódulos y placas diseminados por todo el cuerpo. La evolución de este tipo de leishmaniasis es lenta y no exístela posibilidad de que se cure de forma espontánea; además, los enfermos tienden a la recaída después del tratamiento.

En África, Asia y europa esta forma es producida por la L. aethiopica. En los países del  Nuevo Mundo los vectores son: la L. amazonensis, L. mexicana y L. braziliensis.

Leishmaniasis visceral


También conocida como Kala-Azar. El principal reservorio de esta forma es el perro doméstico, y sin diagnóstico y tratamiento oportuno su tasa de mortalidad es muy elevada.

Después de la picadura del vector infectado, con cepas de las variedades  L. donovani o L. infantum (Viejo Mundo) y L. chagasi (Nuevo Mundo), se inicia el período de incubación, el cual tieneuna duración que puede ir de los 2 hasta 4 meses, y es a partir de ese momento que comenzarán a aparecer las manifestaciones clínicas de la enfermedad, caracterizada por: cuadros febriles intermitentes, durante algunas semanas para, luego, ser constante y elevada. Se observará un deterioro progresivo del estado anímico general del individuo infectado debido a que esta variedad afecta principalmente al hígado, el bazo, los ganglios linfáticos y a la médula ósea; adicionalmente aparecerán complicaciones asociadas a estas afecciones tales como: diarrea aguda que alterna con cuadros de disentería, infecciones de las vías urinarias, sangrado nasal, e incluso, neumonías.

Los mas susceptibles suelen ser los niños menores de cinco años, sobre todo en los países del tercer mundo, ya que la mala nutrición que los caracteriza, favorece el desarrollo del parásito, y por lo tanto los daños ocasionados son mayores. Como signos mas evidentes podemos observar adelgazamiento del tórax y de los miembros, lo que contrasta con el crecimiento exagerado del abdomen debido al aumento exagerado de bazo e hígado.

Leishmaniasis atípica cutánea


Es una variante, poco conocida de la leishmaniasis cutánea clásica, y se caracteriza por lesiones leves en forma de pápulas no ulceradas, nódulos y placas asintomáticas bordeadas pro una anillo despigmentado, y su localización suele ser, mayormente, en la cara y las extremidades, es decir las zonas expuestas a la luz y el aire. Geográficamente esta variante suele aparecer en zonas como: Costa Rica, Nicaragua, Honduras, y otros países centroamericanos.

Pese a sus características benignas, inicialmente, no desecha el riesgo de que degenere en una leishmaniasis visceral. Y es importante destacar que el principal reservorio de esta variedad es el perro doméstico.



Evelyn Hernández Parra

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