LA DENTADURA CANINA: HIGIENE Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES.

Afortunadamente, nuestros canes, no son propensos a padecer de enfermedades dentales con la misma frecuencia que los humanos, pero ello no es motivo para no prestarle atención a su higiene dental,  ya que pueden presentar acumulación de sarro y placa, lo que a su vez degenera en dientes amarillos, mal aliento (halitosis), caries o incluso en una gingivitis; y, por si no lo sabía, estos problemas,  en apariencia insignificantes, pueden provocar infecciones graves que a su vez pueden derivar en afecciones pulmonares, renales, hepáticos, e incluso problemas cardíacos; que pongan en riesgo la vida de su perro.

Por lo tanto, ya no se trata de la mera apariencia dental e higiene bucal, sino de la salud integral de nuestras mascotas, y puesto que esta práctica (limpieza periódica) puede ser un incordio, tanto para nosotros como para los canes, es conveniente que se comience a realizar cuando aún es un cachorro, ya que así se irá educando y llegará a tomarlo como algo habitual.

¿Cómo educo a mi perro para que se deje cepillar los dientes?

Tal como se ha dicho anteriormente, lo ideal es comenzar cuando todavía es un cachorro; una técnica frecuente es:

-      Diariamente, durante unos pocos minutos (unos 5 min. serán suficientes) revísale la dentadura, hasta que vaya aceptando las manipulaciones de su boca.

-      Juega con él suavemente, tocando su lengua, sujetando una de sus mandíbulas sin ejercer una fuerte presión, y acostúmbralo a meter tus dedos en su boca, y cada vez que lo permita, sin morderte, dale una chuche para perros como recompensa (refuerzo positivo).

-      Cuando ya acepte que metas tus dedos en su boca sin morderte, es el momento de comenzar a utilizar una gasa o algodón empapado en dentífrico para perros; frota sus dientes suavemente para que la experiencia sea agradable y no oponga resistencia; por lo general estos productos, de limpieza dental canina, suelen tener un sabor agradable, a fin de facilitar su uso.

-      Con el tiempo, el perro estará habituado a que le manipulen la boca y al sabor del dentífrico, y es entonces cuando procederemos a emplear un cepillo de dientes viejo para cepillar sus dientes, preferiblemente blando, que frote sus dientes y encías sin producir daño; también existen en el mercado unos cepillos especiales que se adaptan al dedo y que producen la sensación de caricia mas que de cepillado.



Es importante dejar claro que no debe utilizarse crema dental para humanos, ya que podrían causar lesiones en el estómago del animal, por ello, actualmente existen en el mercado una variedad de dentífricos, así como cepillos dentales para perros. Aunque, para la mayoría, el cepillado suele ser la mejor de las técnicas preventivas debemos destacar que ésta no es la única para evitar la formación de sarro, entre las medidas preventivas también contamos con:

 

-      Juguetes: En la actualidad, existen una gran variedad de juguetes especiales (diferentes tamaños y formas) para ayudar a mantener limpios los dientes de los perros, unos fabricados a base de hule, un material no plástico que resiste la mordida de los perros, y otros a base de cuerdas, pero estos últimos deben ser utilizados bajo supervisión, a fin de evitar que se coman la cuerda en caso de rotura.



-     Huesos (de hilo o de cuero de vaca): Que además de entretenerlos, ayudan a mantenerles limpios los dientes, pero debe tenerse la precaución de tirar los huesos de hilo cuando estos comiencen a caerse o se estén aflojando.

-      Carnaza: En un principio son una buena opción por la resistencia a las mordidas que presenta, pero pasados unos minutos comienza a ponerse blanda y pegajosa, por lo que no suele ser muy recomendable su uso, y precisamente a fin de solventar este inconveniente, actualmente, existen carnazas con una adición de enzimas que actúan en la materia orgánica residual en los dientes, ayudando a disminuirla, por lo tanto, si elije esta opción, asegúrese de elegir la carnaza que contenga estas enzimas.

-      La alimentación: Los alimentos enlatados, piensos húmedos y al comida casera, son la principal fuente de producción de sarro en la dentadura de nuestros canes, por ello lo ideal es una alimentación a base de croquetas secas (pienso seco), incluso podemos conseguir en el mercado algunas marcas que han desarrollado fórmulas que ayudan a disminuir la producción de sarro. Igualmente, hay alimentos naturales, como la zanahoria y el brócoli, que crudos favorecen la limpieza de los dientes del perro, además de que le aportan vitaminas y minerales de forma natural.

 

Recomendaciones:


 

  1. Entrena a tu mascota, desde cachorro, para que acepte la limpieza de sus dientes.

  2. Si detectas mal aliento en tu perro pero no tiene sarro, acude al veterinario para que identifique la causa y pueda tratarse adecuadamente.

  3. Cuando compres juguetes para tu mascota, elige aquellos que ayuden a mantener la limpieza de sus dientes.

  4. Corrige los hábitos alimenticios de tu perro para evitar la formación de sarro.

  5. Cepilla, al menos 3 veces por semana, los dientes de tu perro, y utiliza productos adecuados para ello.

  6. Si empleas carnazas, trata de que contengan enzimas, si utilizas la natural retírala cuando se reblandezca.

  7. En perros con predisposición al sarro, éste puede formarse en pocas semanas, por lo que no debes bajar la guardia.

  8. Si tu perro tiene sarro dental, a pesar de los cuidados que le prestes, acude a tu veterinario para que lleve a cabo una profilaxis dental.

  9. En perros con sarro de muchos años, es recomendable realizarle una revisión completa de corazón.

  10. Independientemente de si tiene sarro o no, es conveniente realizar una revisión de su dentadura, al menos una vez al año.

  11. Independientemente de que cepillemos o no los dientes a nuestras mascotas, debemos observar el interior de su boca semanalmente, y se deberá acudir al veterinario en caso de detectar alguno de estos síntomas:

    1. Un mal aliento excesivo.

    2. Si presenta salivación en exceso.

    3. Si faltan piezas dentales o los tiene desalineados.

    4. Si observamos dientes rotos y/o descoloridos.

    5. Encías inflamadas, sangrantes, enrojecidas o adoloridas.

    6. Incrustaciones de sarro amarillento a lo largo o en el borde de la encía.

    7. Si trata de rascarse la boca o la cara con frecuencia.

    8. Si presenta cambios de hábito al comer o masticar.

    9. Síntomas de depresión.

    10. Bultos o pólipos en la boca.




 

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