Por lo general, los perros que llegan a una consulta lo hacen con sus amos, lo que facilita el proceso de exploración, del mismo modo que en la clínica dispondrán del equipo y material necesario para manipular al animal con total seguridad.
Sin embargo, en ocasiones, es necesario realizar una inmovilización de animal a fin de evitar que pueda agredirnos, claro está, como acto reflejo ante una situación que le ponga nervioso, como puede ser el caso de una inyección, por ejemplo; en cuyo caso es necesario recurrir al bozal, y puesto que es un caso de emergencia, lo mas probable es que no dispongamos de uno a mano, entonces ¿qué hacemos? Muy simple: "improvizar", ¿cómo?...
A continuación os dejamos un par de imágenes que muestran paso a paso como hacerlo y un vídeo donde se muestra como podemos improvisar un bozal de forma que podamos manipular al animal sin riesgo de mordedura.
http://youtu.be/oifn8FgP2RM
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