Según el Servicio de Orientación Educativa, del Instituto de Tecnologías Educativas (ITE) del Ministerio de Educación español “la conducta es un aprendizaje y se modifica por la aplicación de los reforzadores”.
El reforzamiento positivo consiste en administrar una recompensa cuando se ha producido una conducta determinada. El premio recibe el nombre de reforzador.
Se trata específicamente de reforzar la aparición de conductas adecuadas con algo que tenga mucho valor para el niño, ya sean objetos físicos (caramelos, juguetes, etc.) o bien conductas de los padres o cuidadores, tales como pasear, salir al jardín, ir al zoo, etc., haciendo siempre mención expresa de la conducta que ha motivado el premio.
La administración de estos reforzadores debe ser escasa y ante realizaciones de auténtico valor por parte del niño.
De un valor extraordinario puede catalogarse el refuerzo verbal de los padres, que consiste sustancialmente en la alabanza ante conductas adecuadas. Más valor tendrá este sistema cuanto mayor se a la autoridad moral de la persona que dispensa el refuerzo.
Una alternativa que puede ser más utilizada es el estímulo o alabanza verbal ante conductas satisfactorias delante de los demás niños de la clase. Para tener una verdadera validez estas recompensas deben ser entregadas inmediatamente después de la conducta, sin demora, ya que se perdería el valor reforzante.
El reforzamiento positivo consiste en administrar una recompensa cuando se ha producido una conducta determinada. El premio recibe el nombre de reforzador.
Se trata específicamente de reforzar la aparición de conductas adecuadas con algo que tenga mucho valor para el niño, ya sean objetos físicos (caramelos, juguetes, etc.) o bien conductas de los padres o cuidadores, tales como pasear, salir al jardín, ir al zoo, etc., haciendo siempre mención expresa de la conducta que ha motivado el premio.
La administración de estos reforzadores debe ser escasa y ante realizaciones de auténtico valor por parte del niño.
De un valor extraordinario puede catalogarse el refuerzo verbal de los padres, que consiste sustancialmente en la alabanza ante conductas adecuadas. Más valor tendrá este sistema cuanto mayor se a la autoridad moral de la persona que dispensa el refuerzo.
Una alternativa que puede ser más utilizada es el estímulo o alabanza verbal ante conductas satisfactorias delante de los demás niños de la clase. Para tener una verdadera validez estas recompensas deben ser entregadas inmediatamente después de la conducta, sin demora, ya que se perdería el valor reforzante.
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