Este trastorno también ha sido denominado “enanismo por privación”, “privación emocional”, “privación materna”, “baja estatura psicosocial” y “enanismo psicosomático”. Se caracteriza por una desaceleración del aumento de peso.
También se observan trastornos del sueño, concretamente insomnio de conciliación y despertares nocturnos con correteo. Aparecen hábitos alimentarios extravagantes como polifagia (aumento anormal de la necesidad de comer) , engullir, vomitar, robar comida y almacenar alimentos, ingerir basuras y comidas de animales, etc.
La edad del inicio oscila entre el año y medio y los cuatro años. En este trastorno se da con suma frecuencia psicopatología de los padres, con maltrato del niño. Se han hallado ciertas anomalías hormonales y del funcionamiento hipotalámico, pero suelen normalizarse por completo al separar al niño de su ambiente originario.
Como en la mayor parte de los trastornos de la conducta alimentaria se desconocen los mecanismos por los que se produce el enanismo psicoemocional. Son muchos los niños sometidos a maltrato y muy pocos los que padecen este trastorno.
Se supone la existencia de algún género de vulnerabilidad genética que facilitaría la perturbación de la tasa o ritmo de producción de la hormona del crecimiento.
Alternativa o complementariamente se ha postulado que la privación psicosocial de cierta índole podría causar la aludida disfunción hormonal.
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