Es un enrojecimiento e irritación de los genitales infantiles, por acción directa de las heces fecales y de la orina, en contacto con la piel durante mucho tiempo. Además de la falta de higiene adecuada, como causas principales pueden aparecer, reacciones alérgicas a fibras artificiales, detergentes o plásticos.
Produce irritación, e incluso, heridas en la piel del niño. Las medidas a tomar son: cambio más frecuente de pañales, uso de pañales de fibras naturales, uso de pomadas, dejar desnudo al niño para airearle la zona adecuadamente y utilizar jabones neutros para el lavado de las prendas infantiles.
Hay además, una infección contagiosa de la piel, que se observa frecuentemente en el lactante en sus primeros meses de vida y que está provocada por diversos gérmenes patógenos.
En primer lugar aparece un enrojecimiento en la cara y en las nalgas, acompañado más tarde de ampollas y, posteriormente, de descamación. Existe el peligro de que se extienda por todo el cuerpo si no se pone un remedio a tiempo. A menudo se da también fiebre y trastornos digestivos.
El tratamiento será a base de fármacos y pomadas antibióticas, pero debe ser dirigido por el pediatra.
Para evitar el contagio se han de apartar todos los enseres de uso del niño, como bañera, cama, ropa, etc.
Joaquín Tesón
Produce irritación, e incluso, heridas en la piel del niño. Las medidas a tomar son: cambio más frecuente de pañales, uso de pañales de fibras naturales, uso de pomadas, dejar desnudo al niño para airearle la zona adecuadamente y utilizar jabones neutros para el lavado de las prendas infantiles.
Hay además, una infección contagiosa de la piel, que se observa frecuentemente en el lactante en sus primeros meses de vida y que está provocada por diversos gérmenes patógenos.
En primer lugar aparece un enrojecimiento en la cara y en las nalgas, acompañado más tarde de ampollas y, posteriormente, de descamación. Existe el peligro de que se extienda por todo el cuerpo si no se pone un remedio a tiempo. A menudo se da también fiebre y trastornos digestivos.
El tratamiento será a base de fármacos y pomadas antibióticas, pero debe ser dirigido por el pediatra.
Para evitar el contagio se han de apartar todos los enseres de uso del niño, como bañera, cama, ropa, etc.
Joaquín Tesón
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