Es una enfermedad infecciosa aguda producida por la acción de un virus que se caracteriza por un contagio directo y cuyos síntomas son tos, estornudos, conjuntivitis, fiebre y erupción cutánea.
La evolución del sarampión tiene lugar en 4 períodos bien diferenciados:
1- Incubación: Tiene una duración de 9 a 11 días, pudiendo llegar a 15 y finaliza cuando aparecen los síntomas catarrales.
2- Prodrómico: Con aparición de tos seca, rinitis, conjuntivitis y fiebre (39º ó más), además de enrojecimiento de la mucosa bucal, paladar y faringe, y con la aparición en la garganta y cara interna de las mejillas de manchas blancas (llamadas manchas de Koplick) con un halo rojizo. Suele durar 4 días y es un período de alto peligro de contagio.
3- Exantemático: Caracterizado por la erupción de manchas rojas en la piel, que en el primer día aparecen en la cara, detrás de las orejas y en el cuello; el segundo día en el tronco; el tercer día en las extremidades, comenzando a desaparecer el cuarto día.
4- Convalecencia: Disminuye la fiebre, cede la tos y la erupción hasta desaparecer.
El sarampión es la enfermedad potencialmente más grave de las exantemáticas infantiles. La verdadera gravedad estriba en sus complicaciones fundamentalmente pulmonares (bronco-neumonía) y neurológicas (encefalitis).También puede producirse otitis.
El tratamiento básico consiste en:
ҩ Evitar luces directas sobre los ojos para evitar la fotofobia.
ҩ Guardar cama.
ҩ Mantener una dieta líquida.
ҩ Aplicar antitérmicos para el control de la fiebre.
ҩ Si se diagnostica precozmente en los primeros días, la aplicación de gammaglobulina limita los efectos de la enfermedad.
Existe una vacuna antisarampionosa que no inmuniza de forma total, pero retarda su aparición y reduce sus efectos.
Joaquín Tesón
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