La miopía de nacimiento es poco frecuente. En la mayoría de los casos aparece entre los seis y los dieciséis años, casi siempre porque la demanda de la visión de cerca en el periodo escolar es superior a la capacidad visual del estudiante (pierde agudeza visual de lejos).
Diferentes estudios han venido a demostrar que la miopía se produce con frecuencias diferentes según algunas situaciones culturales determinadas, tipos de actividades laborales, razas, y ecosistemas ambientales.
Hay un mayor incremento de la miopía en personas que viven en las ciudades e influyen, parecen ser, factores externos como mayores hábitos de lectura, escolarización, estudios superiores, etc…
También influye una dieta alimenticia carente de algunos elementos nutritivos, como son las vitaminas, proteínas y aminoácidos, así como se ha encontrado una disminución de calcio en la sangre de los miopes.
Los padres y educadores deben estar muy atentos a la posible aparición de la miopía en los niños, observando cuidadosamente las acciones y posturas que adoptan al jugar o al realizar sus deberes escolares.
Asimismo, se debe prestar atención a los posibles complejos de inferioridad de los niños y adolescentes miopes. Lo ideal en estos casos es la utilización de lentes de contacto, ya que podemos correr el riesgo de que polarice su vida hacia su problema visual.
Joaquín Tesón.
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