La Leishmaniasis, es una enfermedad parasitaria causada por un protozoo llamado Leishmanía.
Esta enfermedad, aunque es propia de los animales mamíferos, roedores, y principalmente canes, que son quienes mas padecen esta enfermedad; puede ser transmitida al hombre a través de la picadura de un insecto vector (generalmente los que se alimentan de sangre, o también conocidos como chupasangre, como mosquitos, zancudos, jejenes, chichchillas, entre otros). El período de incubación está comprendido entre 2 semanas a 6 meses, aunque algunos casos aislados pueden tardar más aún, por lo que la enfermedad por, lo general, no solemos asociarla a la picadura de mosquitos, de forma reciente.
La Leishmaniasis, es una enfermedad considerada endémica, en todos los países que rodean el Mar mediterráneo, incluida Portugal, además de que afecta también a todos los continentes, salvo la Antártida, Australia, y las Islas del Pacífico, donde hasta ahora no se ha encontrado el flebótomo transmisor.
Signos clínicos de la leishmaniasis
Dado que la evolución de la enfermedad es lenta en la mayoría de los casos, las lesiones cutáneas son de los primeros síntomas observables en los casos clínicos. Por lo general, son lesiones simétricas, crónicas y no pruríticas o supurantes; se evidencian: falta de apetito, pérdida de peso, y con mucha frecuencia, se observarán atrofias de los músculos faciales; lesiones oculares, las cuales dependiendo del nivel de la lesión, puede confundirse o estar asociadas a la Blefaritis.
En los perros, la lesión suele manifestarse en la cabeza, donde comienza a evidenciarse los primeros síntomas, ya que es allí donde es más propenso a las picaduras de los mosquitos, por el hecho de que el pelaje en el resto del cuerpo establece una especie de barrera natural contra la picadura, pero no impide su propagación una vez que ha sido inoculado con el parásito; en perros de pelaje corto la picadura se producirá, indistintamente, en cualquier parte de su cuerpo.
Se observara asociación entre la inflamación y ulceración nasal con la epistaxis, En los casos crónicos, cuando la enfermedad se ha extendido hasta las vísceras se producirá fallo renal, el hígado y el bazo también sufrirán lesiones ocasionadas por el parásito que destruirá el tejido, ulcerándolo y ocasionando su mal funcionamiento hasta la paralización de las funciones.
Diagnóstico de la leishmaniosis
Diagnóstico clínico:
No es posible diagnosticar la Leishmanía por la simple observación, por ello se hace necesario el estudio y observación de los síntomas clínicos; ya que en ocasiones, los perros estudiados, parecen sanos a simple vista, sin embargo podrían estar incubando la Leishmaniosis, permaneciendo asintomáticos de por vida, o podrían curarse de forma espontánea. Cuando los síntomas clínicos se manifiestan, al no ser específicos podrían estar enmascarando a otras enfermedades, por lo que se presentaría un cuadro clínico mas complejo (la Leishmaniasis, unida a otra afección, provocada o no por la misma Leishmanía).
Se han detectado formas atípicas de Leishmaniasis canina, en la que algunos casos han presentado dermatitis localizadas, colitis crónicas y desordenes de los sistemas cardiovasculares, musculo-esquelético y respiratorio; lo que complica aún mas el diagnóstico clínico.
Es por ello que el método más efectivo para su diagnostico definitivo es: El Test de Laboratorio, que incluye, entre otros:
1.- Examen parasitológico al microscopio y un cultivo.
2.- Estudio Molecular: Amplificación del ADN del parásito.
3.- Serología: Para detectar anticuerpos.
4.- Xenodiagnosis: Para diagnosticar una infección transmitida por un vector (como la Leishmaniosis).
Esta enfermedad, aunque es propia de los animales mamíferos, roedores, y principalmente canes, que son quienes mas padecen esta enfermedad; puede ser transmitida al hombre a través de la picadura de un insecto vector (generalmente los que se alimentan de sangre, o también conocidos como chupasangre, como mosquitos, zancudos, jejenes, chichchillas, entre otros). El período de incubación está comprendido entre 2 semanas a 6 meses, aunque algunos casos aislados pueden tardar más aún, por lo que la enfermedad por, lo general, no solemos asociarla a la picadura de mosquitos, de forma reciente.
La Leishmaniasis, es una enfermedad considerada endémica, en todos los países que rodean el Mar mediterráneo, incluida Portugal, además de que afecta también a todos los continentes, salvo la Antártida, Australia, y las Islas del Pacífico, donde hasta ahora no se ha encontrado el flebótomo transmisor.
Signos clínicos de la leishmaniasis
Dado que la evolución de la enfermedad es lenta en la mayoría de los casos, las lesiones cutáneas son de los primeros síntomas observables en los casos clínicos. Por lo general, son lesiones simétricas, crónicas y no pruríticas o supurantes; se evidencian: falta de apetito, pérdida de peso, y con mucha frecuencia, se observarán atrofias de los músculos faciales; lesiones oculares, las cuales dependiendo del nivel de la lesión, puede confundirse o estar asociadas a la Blefaritis.
En los perros, la lesión suele manifestarse en la cabeza, donde comienza a evidenciarse los primeros síntomas, ya que es allí donde es más propenso a las picaduras de los mosquitos, por el hecho de que el pelaje en el resto del cuerpo establece una especie de barrera natural contra la picadura, pero no impide su propagación una vez que ha sido inoculado con el parásito; en perros de pelaje corto la picadura se producirá, indistintamente, en cualquier parte de su cuerpo.
Se observara asociación entre la inflamación y ulceración nasal con la epistaxis, En los casos crónicos, cuando la enfermedad se ha extendido hasta las vísceras se producirá fallo renal, el hígado y el bazo también sufrirán lesiones ocasionadas por el parásito que destruirá el tejido, ulcerándolo y ocasionando su mal funcionamiento hasta la paralización de las funciones.
Diagnóstico de la leishmaniosis
Diagnóstico clínico:
No es posible diagnosticar la Leishmanía por la simple observación, por ello se hace necesario el estudio y observación de los síntomas clínicos; ya que en ocasiones, los perros estudiados, parecen sanos a simple vista, sin embargo podrían estar incubando la Leishmaniosis, permaneciendo asintomáticos de por vida, o podrían curarse de forma espontánea. Cuando los síntomas clínicos se manifiestan, al no ser específicos podrían estar enmascarando a otras enfermedades, por lo que se presentaría un cuadro clínico mas complejo (la Leishmaniasis, unida a otra afección, provocada o no por la misma Leishmanía).
Se han detectado formas atípicas de Leishmaniasis canina, en la que algunos casos han presentado dermatitis localizadas, colitis crónicas y desordenes de los sistemas cardiovasculares, musculo-esquelético y respiratorio; lo que complica aún mas el diagnóstico clínico.
Es por ello que el método más efectivo para su diagnostico definitivo es: El Test de Laboratorio, que incluye, entre otros:
1.- Examen parasitológico al microscopio y un cultivo.
2.- Estudio Molecular: Amplificación del ADN del parásito.
3.- Serología: Para detectar anticuerpos.
4.- Xenodiagnosis: Para diagnosticar una infección transmitida por un vector (como la Leishmaniosis).
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