La sarna en nuestras mascotas
La sarna (tambien llamada escabiosis); es una enfermedad considerada zoonótica, ya que puede afectar tanto a personas como a los animales; y su contagio se dá en ambas direcciones, es decir, que pueden ser contagiadas de animales a humanos y viceversa.
La característica principal de la Sarna, aparte de su gran contagio, es que afecta a nivel cutáneo, causando mucho picor, a tal punto que al rascarse se producen heridas y laceraciones en la piel, dando origen a otras enfermedades, tal como dermatosis que pueden ir de leves a graves.
Esta enfermedad es provocada por ácaros de la familia demodex; estos son unos minúsculos parásitos cuyo tamaño no supera los 0,5 mm, y viven en la piel de casi todos los animales, sobre todo domésticos.
Su transmisión se da por contacto directo de una animal a otro, o de animal a persona; es decir, no dependen de vectores externos (mosquitos, pulgas, etc.) para su transmisión y propagación.
Síntomas y manifestaciones
Los ácaros que causan la sarna excavan la piel y depositan los huevos. Esto forma un agujero que se parece a una marca de lápiz; provocando picor constante, el cual
Los primeros síntomas suelen aparecer entre 1 y 4 días después de haber sido contagiado; y las carácterísticas principales son:
- Picor persistente, que generalmente empeora por la noche
- Lesiones, como los nódulos marrones, erupciones o irritaciones, como espinillas.
Tratamiento
Existen medicamentos específicos para tratar la sarna, pero los mismo deberán ser recetados por un médico; pero la mayoría de ellos, salvo casos concretos, son tratamientos tópicos. Recordemos que la sarna es muy contagiosa (fácilmente se pasa de una persona a otra), por lo que es frecuente que se de contagio entre miembros de la familia, quienes también deberán ser tratados.
Prevención
Todos aquellos elementos que puedan estar en contato con un animal o persona afectado, tal como: la ropa, sábanas, toallas, se deben lavar después que se ha pasado por el tratamiento ya que os ácaros pueden vivir en ellas.
En el caso de perros o gatos con sarna, la aplicación de lociones y cremas deberá hacerse con guantes, para evitar el contagio, y lavarse muy bien después de cada aplicación; incluso puede ser conveniente darse un baño.
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