Otitis en perros

 

La afecciones del oído externo, reciben el nombre genérico de otitis y se acompañan de síntomas diversos, los cuales pueden ir de leves a crónicos; entre los que cabe destacar:

• El animal se rasca la oreja u orejas más de lo habitual,


• Las sacude constantemente en un inútil esfuerzo de sacar de su oído un cuerpo extraño,


• A veces se queja cuando le vamos a acariciar en las orejas,


• Se frota constantemente con sofás, alfombras,


• Hay presencia de una secreción procedente del conducto auditivo, de aspecto, color y olor anormal y, que a veces al sacudirse elimina y salpica.


• El mal olor suele ser la primera apreciación.

La aparición de cualquiera de estos síntomas, o señales,  deben hacernos pensar en una posible otitis, y si esto ocurre es importante solucionar el problema lo antes posible, ya que habrán funciones orgánicas que se verán comprometidas en caso de que la infección se haga crónica.

Si tenemos presente que las otitis pueden llegar a representar un 15-20 % de las consultas veterinarias, ¿Qué medidas podemos utilizar para minimizar los riesgos de que nuestras mascotas, padezcan esta enfermedad?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que existen una serie de factores que influyen en la predisposición a padecer otitis, como son:

• Razas de orejas caídas,


• estrechez del conducto,


• exceso de humedad (por el clima o perros que nadan),


• presencia de pelos en el canal auricular,


• tendencia a las seborreas o cuidados inapropiados.

Como causas de una otitis, tenemos:

• Cuerpos extraños,


• Parásitos,


• Microorganismos,


• Enfermedades víricas,


• Enfermedades auto-inmunes,


• Hipersensibilidad,


• Desórdenes de la queratinización  y
  


• Desórdenes glandulares

La humedad es una de las causas más comunes que favorecen la aparición de otitis; por lo que es importante, que cuando bañemos a nuestro perro, evitar que le entre agua en el oído,  colocando unas pequeñas bolas de algodón en los conductos. Secar las orejas después del baño o de nadar. En el caso de que hubiese entrado agua y el perro se sacudiese más de lo normal, y si sabemos que el oído no padece de enfermedad conocida por las visitas realizadas al veterinario, podríamos utilizar una solución ótica que contenga un agente secante.

Los cuerpos extraños, representan otra de las posibles agresiones al órgano del oído, ya que provocan irritación y, posteriormente infección. Frecuentemente determinados restos vegetales (espigas sobre todo) pueden engancharse en los pelos de los orejas y caer al conducto auditivo.  En el caso de las espigas, estas avanzan o se afianzan hacia el interior con cada movimiento que el animal hace por desprenderse del cuerpo extraño. Por ello cuando volvamos de un paseo por una zona ajardinada, hemos de cepillar a nuestra mascota y prestar especial atención a los oídos y a los dedos de las cuatro extremidades, para eliminar cualquier rastro de restos vegetales.