LA CENA DEL NIÑO




Es de suma importancia conocer la alimentación que los niños llevan en la guardería y considerar la cena como una comida tan importante como la del mediodía, a la que hay que prestar tiempo y dedicación, evitando el consumo excesivo de comida rápida.

La cena de los niños debe incluir un plato de verduras, tanto cruda, en forma de ensalada, como cocinada.

Si al mediodía el niño ha comido pasta, arroz, legumbre, etc.,  se le puede ofrecer para la cena una ensalada variada, presentada de forma original con alimentos que le den color y la hagan más apetecible; también se le puede ofrecer un plato de verduras cocidas, y para que resulte más atractiva puede cocinarse rellena, en forma de brochetas, salteada, con diferentes salsas, etc., de este modo, resultará más fácil que consuma de manera habitual estos sanos y nutritivos alimentos, que normalmente no resultan de su agrado.


Si el niño en la guardería ha tomado una ensalada o un plato de verdura, por la noche puede cenar un plato de pasta o arroz, tortilla de patata, o incluso una ensalada de pasta de colores.

Los segundos platos de la cena, no suelen ser tan contundentes y abundantes como los del mediodía. Si ese día han comido pescado, una buena opción sería ofrecerles por la noche unas croquetas de jamón o de pollo, una tortilla variada, pavo o pollo, unas salchichas frescas, etc., mientras que si a la hora de comer el niño ha tomado carne, conviene que por la noche coma pescado o huevo.

Para el postre es aconsejable no abusar de los dulces ni de las grasas y optar por el consumo de frutas presentadas enteras o cortadas y mezcladas en macedonias o lácteos, de los que hoy en día hay gran variedad.

Joaquín Tesón

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