El sueño es un estado que
aparece regularmente en todos los animales superiores, y en el que la mayoría
de las funciones, a excepción de las vitales, permanecen inactivas, es decir,
en reposo.
Se caracteriza por el tipo
de ondas que se detectan mediante el EEG (electroencefalograma) y por los
movimientos REM (movimientos rápidos de los ojos).
Se distinguen dos tipos de
sueño: normal (ondas EEG lentas y sincronizadas, y ausencia de movimientos REM)
y paradójico (ondas EEG rápidas y no sincronizadas, y aparición de los
movimientos REM que reflejan la actividad del soñar).
La privación del sueño
produce una disminución en la capacidad de atención y puede llegar a producir
alucinaciones y delirios.
La edad es un aspecto a
tener en cuenta en cuanto al sueño. A medida que vamos creciendo los períodos
de sueño son más cortos, aunque esto será muy variable de un individuo a otro,
e incluso en el mismo individuo según su edad y hasta de un día para otro.
Por tanto la actividad
orgánica de los seres vivos lleva consigo un desgaste de potencias que es
necesario reponer a fin de que pueda mantenerse en forma. Este descanso aún
debe ser mayor en el niño ya que se le debe añadir la actividad de su
crecimiento y desarrollo.
La principal
característica de ese sueño es la profundidad; cuanto más pequeño es el niño
menos le afectan en su sueño los estímulos exteriores como la luz, los ruidos,
traslados de un lugar a otro…etc.
Otra característica es la
rapidez con la que coge el sueño y por el contrario la lentitud para despertar.
Es también característico
del sueño infantil, sobre todo después del primer año de vida, la existencia de
movimientos musculares en forma de cambios de posición del cuerpo o simplemente
de las extremidades, en forma de contracciones bruscas y más o menos
espasmódicas.
La actividad psíquica no
desaparece por completo durante el sueño, sino que continúa en forma de
ensueños que llegan perdurables a la conciencia; muchos niños muestran
intranquilidad, cambios en la respiración, miedo, sobresaltos, frases
incoordinadas, sonidos quejumbrosos…etc. Tales ensueños están en relación
directa e inmediata con las vivencias del día, tanto más recientes cuanto más
pequeño es el niño.
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Joaquín Tesón
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