PREVENCIÓN DE RIESGOS EN EL PERSONAL SANITARIO


La mayoría de los procesos que se desarrollan en el sector Salud están enfocados a mejorar la atención del paciente; sin embargo, no se debe olvidar que el personal es el elemento más valioso de una institución, por lo que ésta debe ofrecerle un ambiente seguro, que lo resguarde de posibles lesiones y que además sea confortable. Para esto es necesario tener programas de salud del personal, orientados a detectar los problemas y a mejorar la calidad de vida de los trabajadores. 
Tampoco existe conciencia de los riesgos a los que está expuesto el personal a diario; por ejemplo, se considera normal pincharse alguna vez el dedo con una aguja.

Riesgos del personal de salud

Están relacionados con el ámbito biológico, químico, ergonómico y sicológico. Existen otros, pero éstos son los más importantes, siendo los de tipo biológico los más frecuentes. 


- Los riesgos químicos son específicos de algunas áreas de trabajo de los hospitales, en especial de las centrales de procesamiento.
- Los ergonómicos existen en todas las áreas de trabajo, pero también están relacionados con hábitos personales.
-Los riesgos sicológicos son todas las patologías que pueden ser desencadenadas por el estrés, sobre todo en servicios quirúrgicos o unidades de cuidado intensivo.



Programa de salud del personal

Dentro del programa de salud del personal, deben existir estrategias dirigidas a prevenir la exposición a riesgos y patologías asociadas a actividades laborales. Este programa debe ser formal y debe estar manejado por médico o enfermera.

Los objetivos del Programa de Salud son: Prevenir enfermedades laborales y accidentes, educar y tomar las medidas para la prevención y manejo de elementos patógenos, químicos y tóxicos, y llevar a cabo un programa de inmunizaciones.

La primera responsabilidad del Programa es efectuar la identificación de los riesgos.
Según esto, se deben orientar las pautas de supervisión y acciones, implementando de preferencia políticas preventivas, es decir, no hay que limitarse a atacar el problema, sino que se debe tratar de evitar que se produzca. Se debe estimular el abandono del hábito de fumar y mejorar el estado de ánimo del personal, mediante acciones que unan a la familia con el grupo laboral, haciendo que los hijos conozcan el lugar donde trabajan sus padres. 

Es importante evaluar las medidas de intervención, determinando claramente el grado de cumplimiento del estándar programado y debe existir una compensación para el trabajador que quede con una incapacidad como consecuencia de un accidente laboral; así mismo, si una persona no puede trabajar en un área determinada, por ejemplo, por una alergia al látex, debe ser incorporado en otra área que también le signifique una gratificación personal.

Riesgos biológicos

El paciente no es sólo un reservorio de infecciones intrahospitalarias, sino que también puede ser un vector de infecciones virales de transmisión sanguínea, potencialmente transmisibles al personal que proporciona la atención de salud (como en el caso del VIH, por ejemplo).

El riesgo de transmisión está relacionado con la prevalencia de la patología en la población atendida. Si se atiende una población con una alta prevalencia de hepatitis B o C, o de VIH, mayor será el riesgo de contagiarse dichas enfermedades.

El riesgo de exposición está relacionado básicamente con las costumbres del trabajador, como el hábito de re-capsular agujas, o la costumbre de desechar material corto-punzante en envases no apropiados.

Por lo tanto, también es importante que el programa del personal incluya educación sobre el manejo de los desechos biológicos y sobre el respeto a las demás personas, evitando acciones que las puedan perjudicar.

Las auxiliares de enfermería y enfermeras son las personas que tienen el mayor riesgo de exposición, porque son las que están más cerca de los pacientes y realizan más procedimientos.
El uso de guantes disminuye el volumen de sangre transferido por la aguja, en 50% para agujas con lumen y en 85% para agujas de sutura, por lo que se recomienda el uso de guantes, estériles o de procedimiento, en el momento de puncionar los enfermos.

Manejo del accidente con material corto-punzante

Cuando ocurre un accidente corto-punzante, las acciones inmediatas son la atención del sitio del accidente y la notificación.


Si no existe un Programa de Salud, se debe notificar a la jefatura del servicio, con el fin de controlar a la persona expuesta, partiendo por un control basal de virus hepatitis B, hepatitis C y VIH al trabajador y al paciente fuente, siempre que se cuente con el consentimiento de ambos. Posteriormente, se debe efectuar un tratamiento profiláctico a quienes tienen un riesgo alto, dependiendo del tipo de exposición. El seguimiento consiste en una evaluación médica, un control inicial y controles posteriores.

Resumen de recomendaciones

  • Identificar al paciente originario del accidente.
  • Registrar la exposición, para saber qué estamento, servicio, fecha y horario son los de mayor riesgo.
  • Anotar el tipo de exposición y el material.
  • Registrar fecha de los exámenes y del seguimiento serológico.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN: 

Son lo más importante.


  • Se deben vigilar las prácticas del personal de enfermería, médico, etc.
  • Exigir conocimiento y cumplimiento de las normas.
  • Seguir las precauciones universales: lavado de manos; uso de guante, que disminuyen el inóculo; uso de lentes protectores.
  • Esterilización y desinfección de equipos de superficie.
  • Capacitación en relación a bioseguridad.
  • Vacunación contra virus hepatitis B, que tiene una eficacia de 95%.
  • Desecho de material corto-punzante en caja correspondiente.
  • No pasar bisturí de mano a mano durante la cirugía, sino usar un receptáculo intermediario.
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