La educación es un proceso
abierto en cada persona, dura lo que su vida.
La familia es el primer
ambiente donde la persona percibe por primera vez una serie de influencias que
van a permitirle o no un desarrollo normal.
Fundamentalmente realiza
dos funciones primordiales, por un lado asegurar la supervivencia física del
recién nacido, y por otro, educar a los hijos proporcionándoles un ambiente
afectivo y cálido.
Cada familia ofrece a sus
hijos, a través de sus actuaciones, consejos, hábitos, actitudes, etc.
características concretas y diferentes desde el punto de vista educativo.
Cuando el niño llega por primera vez a la escuela ha
recibido muchos tipos de influencias, positivas, negativas y a veces
contradictorias de su ambiente familiar. Es decir, el ambiente familiar va
dejando una huella que tiene sus repercusiones educativas y que son distintas
de un niño a otro.
En general, el clima que
debe respirar el niño será abierto, para que le proporcione las posibilidades
de manifestarse y comunicarse con libertad, evitando un ambiente demasiado frío
y autoritario.
Las condiciones de vida
del hombre actual constituyen una fuerte dificultad para que se dé este clima
abierto entre padres e hijos. Sobre todo la televisión se ha convertido en el
centro del hogar y las conversaciones familiares quedan postergadas en función
de cualquier programa o película.
Todo ello provoca cada vez
más un distanciamiento emotivo entre padres e hijos. No hay que olvidar que el
hijo necesita estar con los padres, sentir su presencia amorosa, su seguridad
adulta, su cariño… Esto le proporcionará las bases para un buen desarrollo
psíquico.
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Joaquín Tesón.
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