Leyenda o Historia, ficción popular o realidad histórica, son muchas las historias que envuelven a este santo, y dada la antigüedad de los datos de que se disponen, unido a la inconcreción de los hechos que envuelven sus existencia; solo nos atrevemos a asegurar que el culto a Sant Jordi es uno de los mas antiguos de la Iglesia de Oriente, y posteriormente, durante la época de La Reconquista, pasó a la de Occidente.
Este hombre, nacido en Capadocia, era conocido entre los griegos como "El Gran Mártir"; habiendo sido consejero del emperador Dioclesano (284-305 dC) y jefe de una compañía de soldados; un buen día decidió dejar la milicia.
Son varias las leyendas que giran en torno a la vida de Sant Jordi, algunas documentadas y otras se han mantenido a través de las historias contadas de una generación a otra. Sólo podemos asegurar que una vez abandono las milicias, repartió sus bienes entre los pobres y decidió convertirse al cristianismo, y fue por causa de la fe que murió, por decapitación, en el año 303.
Sin embargo, aunque su culto es uno de los más antiguos de la Iglesia, en la época de la Reconquista, hacia el siglo X, es cuando comienzan a aparecer las leyendas e historias, atribuidas a santos milagrosos, que ayudan en las diferentes batallas contra el infiel, entre las que se encuentran las de Sant Jordi.
Entre todas las historias que cuentan de sus hazañas, una de las mas famosas y contadas, es la relativa a la lucha contra un feroz dragón, que echaba fuego por sus fauces, y tenía como prisionera a una princesa. Sant Jordi lucho contra él hasta vencerlo y liberar a la princesa.
En la península, el nombre de Sant Jordi enardecía la fe y el patriotismo de los soldados catalanes y aragoneses para lanzarse a los más arriesgados y desiguales combates, pues era seguro que alcanzarían la victoria y saldrían triunfantes de la lucha, entre los que se encuentran documentados podemos destacar: La leyenda piadosa aplicada al Conde de Barcelona Borrell II, quien explica que con la ayuda de tan sólo nueve hombres que acudieron a su llamada a las montañas de Manresa, le fue posible recobrar la capital de su Estado mediante la intervención del glorioso Sant Jordi, quien, envuelto en una nube, cabalgando un caballo blanco y blandiendo un rayo por espada, los guió en la lucha.
Un caso parecido se encuentra datado un siglo después en la batalla de Alcaraz, en el año 1094, ganada por Pedro I rey de Aragón, y después de estos dos acontecimientos legendarios Cataluña y los monarcas de aquel reino lo adoptaron por patrón y fue por siempre el espíritu de todas las empresas militares; y patrón de Cataluña desde el año 1094.
Sant Jordi, San Jorge o Sant George, son los nombres por los que se le conoce, dado que, además del reino de Aragón, forma parte de las tradiciones caballerescas inglesas. Lo cierto de toda esta historia (resumida), es su presencia, continuada y documentada, en la tradición popular de diferentes pueblos y en las luchas y combates caballerescos a lo largo de los siglos.
Otro hecho relevante que debemos destacar son las coincidencias con las que a veces nos sorprende la vida, tal es el hecho de que: Este día de Sant Jordi, D. Miguel de Cervantes, el inmortal novelista español y uno de los valores de la literatura universal, conocido también por “El Príncipe de los Ingenios” y “el Manco de Lepanto”, (porque perdió un brazo en dicha batalla contra los turcos), murió el 23 de abril de 1616.
Desde mediados del siglo XV, el 23 de abril se celebra cada año en Catalunya la Diada de Sant Jordi (San Jorge). A esta tradición centenaria, se suma el hecho de que en 1995, la UNESCO declaró también el 23 de abril Día Mundial del libro.
Por todas estas razones y seguro que por otras muchas más, Sant Jordi a lo largo de los años, se ha consolidado como una fiesta tradicional y emotiva en la cual los enamorados se intercambian una rosa y un libro. Es una fiesta popular y pacífica, que exalta unos valores tan humanos como son el amor, la cultura; y para otros es un día de afirmación o de reivindicación cultural, en el sentido más amplio que a la palabra CULTURA se le pueda dar.
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