El eccema también conocido como dermatitis atópica (DA) es una enfermedad muy común de la piel que afecta aproximadamente al 10% de los niños.
Suele comenzar en el primer año de vida y casi siempre en los primeros 5 años; rara vez está presente en el nacimiento aunque aparece con frecuencia durante las primeras 6 semanas de vida.
Se trata de un enrojecimiento e irritación de los genitales infantiles, debido a la acción directa de las heces fecales y de la orina en contacto con la piel durante mucho tiempo. Además de la falta de higiene adecuada, como causas principales pueden aparecer, reacciones alérgicas a fibras artificiales, detergentes o plásticos.
Produce irritación, e incluso, heridas en la piel del niño. Las medidas a tomar son: cambio más frecuente de pañales, uso de pañales de fibras naturales, uso de pomadas, dejar desnudo al niño para airearle la zona adecuadamente y utilizar jabones neutros para el lavado de las prendas infantiles; hay que evitar el uso de prendas de nylon o lana y los materiales rígidos.
Hay además, una infección contagiosa de la piel, que se observa frecuentemente en el lactante en sus primeros meses de vida y que está provocada por diversos gérmenes patógenos.
En primer lugar aparece un enrojecimiento en la cara y en las nalgas, acompañado más tarde de ampollas y, posteriormente, de descamación. Existe el peligro de que se extienda por todo el cuerpo si no se pone un remedio a tiempo. A menudo se da también fiebre y trastornos digestivos.
El tratamiento será a base de fármacos y pomadas antibióticas y debe ser dirigido por el pediatra.
La mayoría de los niños superan la dermatitis atópica en la adolescencia; un reducido número tendrá dermatitis atópica hasta la edad adulta, desapareciendo durante años y volviendo a aparecer ya que la tendencia de la piel a la sequedad suele ser permanente.
Joaquín Tesón
Suele comenzar en el primer año de vida y casi siempre en los primeros 5 años; rara vez está presente en el nacimiento aunque aparece con frecuencia durante las primeras 6 semanas de vida.
Se trata de un enrojecimiento e irritación de los genitales infantiles, debido a la acción directa de las heces fecales y de la orina en contacto con la piel durante mucho tiempo. Además de la falta de higiene adecuada, como causas principales pueden aparecer, reacciones alérgicas a fibras artificiales, detergentes o plásticos.
Produce irritación, e incluso, heridas en la piel del niño. Las medidas a tomar son: cambio más frecuente de pañales, uso de pañales de fibras naturales, uso de pomadas, dejar desnudo al niño para airearle la zona adecuadamente y utilizar jabones neutros para el lavado de las prendas infantiles; hay que evitar el uso de prendas de nylon o lana y los materiales rígidos.
Hay además, una infección contagiosa de la piel, que se observa frecuentemente en el lactante en sus primeros meses de vida y que está provocada por diversos gérmenes patógenos.
En primer lugar aparece un enrojecimiento en la cara y en las nalgas, acompañado más tarde de ampollas y, posteriormente, de descamación. Existe el peligro de que se extienda por todo el cuerpo si no se pone un remedio a tiempo. A menudo se da también fiebre y trastornos digestivos.
El tratamiento será a base de fármacos y pomadas antibióticas y debe ser dirigido por el pediatra.
La mayoría de los niños superan la dermatitis atópica en la adolescencia; un reducido número tendrá dermatitis atópica hasta la edad adulta, desapareciendo durante años y volviendo a aparecer ya que la tendencia de la piel a la sequedad suele ser permanente.
Joaquín Tesón
Comentarios
Publicar un comentario